retablo pintado /80 x 40 cm aprox / CHPT

El retablo o cajón de San Marcos tenía desde los tiempos coloniales una utilidad religiosa. Eran altares portátiles que acompañaban las labores campesinas y ganaderas. Luego López Antay y otros imagineros ayacuchanos le añadieron un valor narrativo y profano. Vino la guerra interna y manifestó el dolor y la violencia de los Andes. Pero el retablo seguirá evolucionando, recogiendo otras necesidades de expresión de la vida cotidiana. Este poder de representación, lo hace equiparable al cine. ¿Por qué no fundir ambas manifestaciones artísticas? ¿El retablo no es acaso como un cinematógrafo en miniatura? Hagamos el intento, altares de películas...
Este retablo nos recuerda a "Fitzcarraldo" la mítica película de Werner Herzog filmada en la selva peruana con Klaus Kinski y Claudia Cardinale. El cine como épica...

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