Martín Adán y la casa de cartón

Acrílico sobre tela / 50 x 35 cm / vendido CS
Un muchacho de 16 años salía de su casa de la calle Sanchez Carrión todas las mañanas, rumbo al tranvía que lo llevaría al Colegio Alemán. Nadie por entonces sabía que aquel colegial estaba escribiendo la primera novela moderna de nuestra literatura. Nunca olvidaré cómo me impresionó, adolescente todavía, esta línea de La casa de cartón: “Mi primer amor tenía doce años y las uñas negras”. Hoy la casa donde vivió Martín Adán es ocupada por una discoteca del boulevard, que ha alterado sustantivamente su fachada.

Ya ha principiado el invierno en Barranco; raro invierno, lelo y frágil, que parece que va a hendirse en el cielo y dejar asomar una punta de verano. Nieblecita del pequeño invierno, cosa del alma, soplos del mar, garúas de viaje en bote de un muelle a otro, aleteo sonoro de beatas retardadas, opaco rumor de misas, invierno recién entrado…Ahora hay que ir al colegio con frío en las manos. El desayuno es una bola caliente en el estómago y una dureza de silla de comedor en las posaderas, y unas ganas solemnes de no ir al colegio en todo el cuerpo.

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