ADIÓS RAFAEL
La última vez que lo vi se despidió con un largo adiós. Rafael Delucchi se iba a Puerto Maldonado a reinsertar a sus otorongos. A su regreso sufrió un infarto y murió intempestivamente. Su partida me dejó una deuda de gratitud. Había sido un gran amigo, me había enseñado muchas cosas, a su lado había aprendido de la vida y del cine. Quizá por eso escribí Sueños bárbaros. Quería resucitarlo. Pero una vez revivido espero que se eche a andar libre como sus jaguares. Adiós Rafael. Ya nos encontraremos nuevamente…